La costa alicantina todavía tiene pueblos auténticos y encantadores, que han pasado desapercibidos a la sombra de otros destinos masificados como Altea. Esto les ha permitido mantener el equilibrio entre un turismo de calidad y sus tradiciones marineras. Es el caso de Villajoyosa, ligado al mar desde hace siglos, lejos del ruido y las hordas de visitantes.

Este pueblo marinero no mantiene la costumbre de encalar sus fachadas en color blanco. Ellos han apostado por los colores vivos y vibrantes, llenándolo todo de callejuelas arcoíris bañadas por el Mediterráneo. Con esta imagen de postal, Villajoyosa recuerda a la isla de Murano, pegada a Venecia. Eso sí, con un estilo de vida más costumbrista, lento y ajeno al turismo excesivo.

Aunque es un pueblo pesquero del Mediterráneo y todos los visitantes van por las playas, se quedan por su patrimonio. El casco antiguo de Villajoyosa es un tesoro declarado Conjunto Histórico Artístico y está muy bien merecido. Aún conserva restos de la antigua muralla medieval, de la que ahora cuelgan casas de colores de una forma muy original.

Otro de los iconos del pueblo es la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, una iglesia-fortaleza del siglo XVI que corona el pueblo, teñida de alegre color rosa con un toque muy colonial y caribeño. Sin embargo, la joya de la corona de esta localidad es su barrio marinero de colores, que se alinea a lo largo de la vía de la Costera de la Mar, perpendicular a la muralla renacentista y al Mediterráneo.

Caminar por este paseo al amanecer, con la luz dorada iluminando la arena y el mar, absorbiendo la calma y la paz de los colores, del pueblo y de las tradiciones, es un lujo. Sobre esa hora comienza el trajín en el puerto, con los pescadores trayendo sus capturas para abastecer los restaurantes de pescado fresco de calidad. Ahí, en ese momento, sientes que el tiempo se detiene entre costumbres marineras.

Como todo buen pueblo pesquero y mediterráneo que se precie, Villajoyosa presume de tener algunas de las playas más bonitas de España. Desde los amplios arenales junto al paseo marítimo hasta calas escondidas donde podrás estar tú solo, disfrutando del mar. Algunas de las más bonitas son La Caleta o Racó del Conill, ideales para hacer snorkel entre acantilados y fondos rocosos.

El verano está a la vuelta de la esquina y los hay que todavía suspiramos pensando en desconectar lejos de multitudes, hacer escapadas románticas con encanto y disfrutar de nuestras playas sin que todo se llene de sombrillas, de música alta o de tiendas de souvenirs horteras. Para nosotros, este pueblito mediterráneo está en lo más alto de la lista de viajes.
Fotos | Comunitat Valenciana, @visitvillajoyosa, @turismovillajoyosa,
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