Hasta la fecha, todas las películas que ha realizado Óliver Laxe han sido premiadas en el Festival de Cannes. La última es 'Sirat', que se acaba de llevar el premio del Jurado en la sección oficial. Todo un orgullo porque, aunque el cineasta nació en París, es hijo de padres gallegos. De hecho, con ellos se mudó a Galicia cuando tenía seis años y vive en un pueblo de Lugo de menos de mil habitantes desde hace cuatro.
Se trata de Vilela, una parroquia ubicada en el municipio de Taboada. Un enclave paradisiaco de montaña que se abre paso en pleno corazón de Os Ancares, una de las regiones gallegas de mayor belleza salvaje. Habitado desde tiempos prehistóricos pero aislado e inaccesible hasta no hace tanto, es una zona formada por pequeños valles y donde los pueblos y aldeas se encuentran encajados entre picos de 2000 metros de altura.

La presencia de Laxe en este lugar tan especial ha hecho, además, que este rincón casi olvidado de Galicia se transforme también en un refugio cultural. Sobre todo, gracias a su propia vivienda, la Casa Quindós. Se trata de la antigua residencia de los abuelos del director, que ha sido rehabilitada por el cineasta para convertirse también en la sede de la Asociación Ser, un centro cultural que cuenta con el apoyo de la Diputación de Lugo para promover actividades socioculturales y acciones que impulsen el desarrollo sostenible de la comarca.
Explicado de una forma más poética, estamos hablando de un centro de creación y pensamiento que tiene l objetivo de conectar el arte con la naturaleza. Además de ser un buen ejemplo de cómo las aldeas pueden revitalizarse con proyectos culturales y ofrecer una alternativa al ritmo acelerado de la vida urbana. Laxe es el vivo ejemplo de que la vida rural no está reñido con el glamour de Cannes.
Vivir en este rincón entre montañas lucenses es hacerlo rodeado de bosques de cuento de hadas. O lo que es lo mimo de robles, castaños, hayas, acebo, avellanos, abedules, prados de brezo y genista. Además de jabalíes, ciervos, rebecos, zorros, corzos... Y lobos. No obstante, la cultura aquí tampoco empieza y acaba con Óliver Laxe...
Sobre todo, teniendo en cuenta que se trata de Galicia, no podemos olvidarnos de la gastronomía. Por la orografía de la zona, esta está fuertemente influenciada por la cocina de conservación, destinada a someter a los alimentos a métodos que los mantengan en buen estado durante más tiempo. Siendo lo embutidos y las castañas secas bocados muy representativos de los pueblos de Os Ancares.
Completan la lista los guisos de caza, el caldo gallego, el pan de centeno y las empanadas. Sobre todo, la de liscos (de tocino y embutidos). Aunque en el plano dulce no se puede dejar de nombrar tampoco la premiada miel de Os Ancares, que destaca por su pureza y sabor silvestre. Podemos declararlo todo, oficialmente, menú de genio de Cannes.
Foto de portada | Xunta de Galicia y Martin Kraft
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