Si alguna vez has preparado una ensalada de patata con todos los ingredientes clásicos e infalibles (huevos, mayonesa, pimientos, perejil) pero, al probarla, estaba insípida, hay un truco con el que este verano no volverá a pasarte. Tiene la capacidad de transformar este tipo de plato en uno mucho más sabroso y encima consiste en un único y sencillo paso.
Básicamente, el secreto está en la cocción de la patata porque tenemos que añadirle vinagre blanco al agua. De este modo, no solo vamos a conseguir realzar el sabor sino que también ayudamos a que la patata conserve su estructura firme durante la cocción. O lo que es lo mismo: evita que se deshagan y permite que se absorban mejor los sabores de los demás ingredientes.
Para ponerlo en práctica, solo tenemos que añadir 3 ó 4 cucharadas de vinagre blanco por cada litro de agua, junto con una pizca de sal. Después, dejamos hervir las patatas en esta mezcla hasta que estén tiernas. Llegados a este punto, escurrimos bien y las dejamos reposar unos minutos.
Mientras aún están calientes, las ponemos en un bol grande y ya procedemos a añadir nuestros condimentos y demás ingredientes al gusto. Eso sí, empezando siempre por los líquidos antes que por los sólidos.
Foto de portada | jules
Ver 0 comentarios